Ganar y esperar, esa es la cuestión

Europa 2 – Singuerlín 0

No miro la clasificación cuando mi equipo pierde, así como no miro el reloj las mañanas de domingo o el dinero que me queda en la cuenta ahora que no trabajo y sigo gastando, este es mi sofisticado mecanismo para evitar depresiones puntuales: descartar aquello que sé que no me va a sentar bien, apartarlo. Sé, por otro lado, que quedan los dos últimos partidos de una competición larga y algo tortuosa, una carretera de montaña llena de curvas infinitas cada una más cerrada que la anterior; ves el final a lo lejos pero parece que nunca vayas a llegar.

Envidio la confianza ciega que tiene mi padre en sus propias posibilidades; es un tipo que, cuando se sube al coche para llevar alguno de sus hijos a algún campo de fútbol de nuestra periferia se le dice una y otra vez  que es imposible aparcar ahí, pues él llega y justo se va uno, en la puerta. Lo consigue sin una pizca de estrés y sale del coche sin sorprenderse por su suerte. En el Nou Sardenya pasa al revés, es casi tan difícil ganar de visitante como aparcar mínimamente cerca, y ambas cosas quedaron demostradas el sábado: estuvimos dando vueltas, mirando a derecha y a izquierda disimulando la ansiedad mientras los minutos duraban bastante menos de 60 segundos, sin encontrar un rincón dónde dejar el coche que no fuera un vado o estuviese en fuera de juego.

El partido

En Can Zam poco se puede decir que sirva de consuelo después de volver a perder, más allá de que su equipo no fue peor que el rival, que mereció algo más de lo que se llevó del barrio de Gràcia, que fue nada. Los dos equipos claramente tocaban músicas diferentes: los locales tocan el violín siendo quintos clasificados cuando hace justo una vuelta vinieron a nuestro campo cerrando la tabla por abajo, son jóvenes y un auténtico filial, todos sus jugadores poseen una técnica individual sobrada para esta categoría. El fútbol actual, cuando lo contraponemos a lo que nos explican cómo era hace 15 o 20 años, deja poco margen a que la veteranía saque provecho a la juventud; poco queda del intimidar o el rascar de antaño. No defiendo esto, solamente creo que se ha perdido la ventaja que tenía ser más viejo que el rival; ahora da más respeto la velocidad del joven que el mal humor y la picardía basada en la experiencia del veterano. Aún así, Damián, Dani y Balca hicieron daño al espacio cuando en el partido aún aguantaba el empate a cero y el Europa fabricaba sus jugadas desde atrás. En una de estas, como podéis ver en la imagen, el capitán recibe cerca del área y Damián rompe hacia dentro, por detrás del lateral izquierdo. La jugada acabó en gol anulado por fuera de juego.

Por la derecha Balca fue más profundo que Giráldez por la izquierda, ayudando a Castro hasta que las fuerzas aguantaron. Así discurrió una primera parte que se hizo entretenida; un partido más controlado por los locales y poco sufrido por los visitantes, quitando una gran jugada del filial escapulado encontrándose a un toque dentro del área que acabó con un disparo algo ortopédico que dio en la cruceta del arco de Raúl. Un susto para acabar la primera mitad.

El ímpetu local se impuso al salir de los vestuarios, el balón corría más rápido porque eran más precisos y las carreras de sus laterales eran más largas, el derecho fue mucho más profundo que en la primera, llegando a centrar tres veces en los primeros diez. Pese a sufrir en el primer tramo, el Singuerlín volvió a hacer daño jugando rápido hacia la portería contrario y juntándose cerca de la suya propia para robar: defender en espacio pequeño y atacar en espacio grande, el plan era el mismo, con menos gasolina y más ansiedad. Los locales aflojaron y el partido estuvo perfecto para finiquitarlo. Hubo ocasiones que se vieron gol desde la grada pero sus centrales estuvieron atentos y rápidos, no entró pero debería haber entrado, me digo a mí mismo, resignado. El partido se acabó veinte minutos antes del noventa, cuando el ocho local poco presionado colocó el balón a espaldas de Marwan, al pie del extremo, que acababa de entrar al campo, que batió a Raúl. Desde este momento la cuesta se hizo más larga y la pendiente aumento demasiado para conseguir la remontada. Se intentó, pero ellos se parapetaron bien, se juntaron como lo habían estado los nuestros minutos antes. Del segundo gol no quiero hablar, hurgaron en la herida, jugaron con nuestra desesperación, hicieron lo que debían hacer. Punto.

Si quieren un tópico (si no han tenido suficientes ya) para definir el partido podría ser que el primero que marcara se lo llevaba. Nuevamente, las cosas se nos escaparon de las manos cerca del final, cuando más duele. Toca ganar y esperar.

por Carlos López Jiménez.-